AMYLKAR D. ACOSTA MEDINA: Ex ministro de Minas y Energía,
Miembro de Número de la ACCE (Academia Colombia de Ciencias Económícas)
La historia se repite. La crisis energética global que se precipitó con la
invasión rusa a Ucrania y la respuesta de los países que integran la OTAN,
encabezada por EEUU, guarda mucha similitud con la crisis energética en
1973, la cual tuvo como detonante la guerra del Yom Kipur. Entonces como
hoy se puso en riesgo la seguridad energética y para conjurarla las grandes
potencias y las multinacionales petroleras se vieron forzadas las primeras a
diversificar su matriz energética y las segundas a diversificar su portafolio de
inversiones para no poner todos los huevos en una sola cesta.
En efecto, se integró a la matriz energética el gas natural, que hasta entonces
era visto en la industria petrolera como un estorbo y el carbón, que había sido
desplazado por el petróleo, ganó participación en la misma. Por su parte las
empresas petroleras incursionaron en la extracción y comercialización de gas
y carbón. Ello explica que los primeros desarrollos a escala industrial de
explotación de gas natural y carbón en Colombia, a mediados de los años 70,
se dieron de la mano de la Texas Petroleum Company, que se asoció para tal
efecto con Ecopetrol e Intercol, filial de la Exxon, socia de la
estatal Carbocol. Ambos en el Departamento de La Guajira.
Pues bien, la 21ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las
Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21) celebrada en París en
2015, que concluyó con la firma del Acuerdo de París que comprometió a
175 presidentes y jefes de Estado de igual número de países se propuso como
objetivo fundamental reducir las emisiones de gases de efecto invernadero
(GEI) causantes del aumento de la temperatura mediante la descarbonización
de la economía.
Y este es el propósito de la Transición energética desde las energías de origen
fósil hacia las fuentes no convencionales de energías renovables (FNCER),
que pasa por la integración de estas a la matriz energética, por la
electrificación de la economía y por la eficiencia energética. Una vez más, la
industria petrolera ha entendido que esta reconversión no tiene reversa y por
ello han venido incorporando a su portafolio de inversiones las FNCER, tanto
más en cuanto que mientras las líneas de financiamiento para estos proyectos
se amplían mientras las de financiamiento de proyectos para los fósiles se
restringen vertiginosamente.
LA RECONVERSIÓN DE LAS EMPRESAS PETROLERAS
Prueba ello es que recientemente, en el marco de la COP26, que tuvo lugar en
Glasgow (Escocia), 450 organizaciones financieras, que sumadas controlan US $130 billones, acordaron respaldar las tecnologías “limpias” como la
energía renovable y también apalancar el financiamiento directo para quienes
se alejen de las industrias ligadas a las energías de orígen fósil. En contraste,
los más importantes fondos de inversión en el mundo han venido tomando
distancia de los fósiles, sometiéndolos a una veda de financiamiento, entre
tanto el Banco Mundial cerró todas sus lineas de creédito para financiamiento de proyectos de exploración y explotación de carbón, petróleo y gas.
Multinacionales como Shell, Repsol, Statoil, Pemex, BP, Petrobras, Total,
Gazprom, Chevron y ExxonMobil, entre otras están apostándole con
cuantiosas inversiones para promover y desarrollar proyectos basados en
FNCER. Ellas han entendido que no les es dable nadar contra la corriente
luchando contra esta nueva realidad que terminará por imponerse. Presionadas
por el Acuerdo de París todas ellas están adquiriendo compromisos frente a
sus accionistas y frente a la comunidad internacional de reducir su huella de
carbono y el impacto de esta industria en el medioambiente y están empeñadas
en acelerar su reconversión a las energías renovables.
Como lo sostiene el periodista español Oscar Granados, “el gigante británico
BP ha sido la última de las grandes empresas en fijarse como objetivo
estratégico ser una compañía sin emisiones netas de gases de efecto
invernadero para 2050. Dicho compromiso fue adoptado por Repsol en 2019.
Pero no han sido las únicas que quieren hacerse un hueco en el mundo
sostenible. Desde la anglo-neerlandesa Shell a la italiana Eni, pasando por la
francesa Total o la española Cepsa, todas se mueven hacia áreas como
biocombustibles, hidrógeno, almacenamiento de electricidad, energía solar o
eólica y recarga de coches eléctricos. Los actores más pequeños ya han dado
el viraje y en el camino se han cambiado de nombre”1.
ENERGÍA QUE TRANSFORMA
La estatal Ecopetrol no se ha quedado atrás de esta tendencia a nivel
global de la industria y se ha fijado la meta de alcanzar la neutralidad en las
emisiones de carbono hacia el 2050, alineándose con el objetivo que se trazó
la COP26. Con tal fin puso en marcha su estrategia Energía que transforma.
Después de 65 años dedicada a la exploración, explotación, transporte,
refinación y comercialización de crudos y sus derivados, Ecopetrol inició la
transición energética hace unos 5 años y hoy es un grupo de energía integrado,
con posiciones en renovables, hidrógeno, infraestructura y electricidad.
Ecopetrol ha venido avanzando con paso firme en renovables y espera
incorporar 400 MW en su matriz de suministro al 2023. A la fecha ha incorporado 113 MW de los cuales se destacan los Ecoparques solares de
Castilla y San Fernando con 21 y 61 MW respectivamente, y que proveen de
energía a uno de los principales campos de producción de crudo, Campo
Castilla, y al sistema de transporte de oleoductos en la zona. Es de resaltar el
desarrollo asociado a los proyectos renovables, por ejemplo, para el caso del
Ecoparque San Fernando, durante su construcción se generaron más de 750
empleos en total, de los cuales 285 correspondieron a mujeres, de las cuales
30 eran cabeza de hogar. Se trata de suministrar la energía que demanda su
operación a partir de FNCER. Ecopetrol consume 850 MW de energía
eléctrica en sus operaciones, equivalente a toda la demanda de un
departamento como el Valle o como el Atlántico.
Según el Presidente de Ecopetrol Felipe Bayón, “la Transición se observa
en el camino que se trazó para ser carbono neutral en 2050, siendo la primera
empresa del sector en Latinoamérica en adquirir ese compromiso. En los
últimos dos años ya logró reducir 490 mil toneladas de C02. Además, ya
vendió el primer cargamento de un millón de barriles de crudo pesado
´carbono compensado´ a China. Tres de las empresas del Grupo empresarial
son carbono neutral (Cenit, ODL y Bicentenario)”2
. Según la misma fuente,
los negocios de bajas emisiones representarán entre el 30% y el 50% del
Ebitda del Grupo Ecopetrol en 2040. De allí que en su plan de inversiones
2022-2024, que será por cerca de 70 billones de pesos, ya se contempla que
casi el 20% se destine a la diversificación.
Otra contribución de Ecopetrol para alcanzar la meta de reducir el 51% de
las emisiones de GEI hacia el 2030 a que se comprometió Colombia con la
comunidad internacional y para la reducción de la contaminación del
medioambiente, especialmente en los centros urbanos, ha sido la mejora de la
calidad de los combustibles, a lo cual ha contribuido también la mezcla de los
biocombustibles
. Ecopetrol ha cumplido con creces los requerimientos en este sentido del Documento CONPES 3943 de 2018, la Ley 1972 de 2019 y
la Resolución 40103 de 2021, al entregar en sus refinerías gasolina con sólo
13 partes por millón (PPM) de contenido de azufre y diesel con sólo 13 PPM.
Adicionalmente la gasolina que se expende en las estaciones de servicio
contiene 84 octanos, que sube hasta los 88 gracias a la mezcla del 10% de
etanol, que para el caso de la extra pasa de 95 y 98 octanos.
Complementariamente, Ecopetrol se ha hecho el propósito de ser agua
neutral en 2045 en sus operaciones y en el 2021 alcanzó su meta volante al reutilizar el 74% del agua residual. También es digno destacar el esfuerzo que
viene haciendo la empresa en el proósito de eliminar el llamado “venteo” en
sus campos petroleros, que no es otra cosa que la quema de gas en las teas,
que contaminan el medioambiente. En lugar de quemar este gas, ahora en los
campos de Chichimene, Apiay y Castilla se aprovechan en la operación de los
mismos, lo cual se ha traducido en una reducción de emisiones del orden de
las 44.000 toneladas de CO2 anuales.
De esta manera Ecopetrol no sólo no es un obstáculo para la Transición
energética sino que hace parte de ella y se ha dado su propia hoja de ruta para
contribuir a la misma, además de seguir siendo fuente de recursos para la
Nación y las entidades territoriales para su financiamiento. Ecopetrol se
ha convertido en un Grupo empresarial energético integral, ahora fortificado
con la adquisición de ISA, la principal empresa transportadora de energía del
Sistema interconectado nacional (SIN), eje fundamental de la Transición
energética, sin el cual sería imposible integrar las FNCER a la matríz
energética y asegurar la complementariedad y el respaldo recíproco entre ellas
y las fuentes convencionales de generación de electricidad.
Además Ecopetrol esta a la vanguardia, junto con Promigas, en el
propósito de producir hidrógeno verde y azul en el país, con su proyecto en
Cartagena en donde cuenta con el primer electrolizador, energético este en el
cual proyecta invertir cerca de US $2.500 millones de aquí al 2040, en
cumplimiento de la Hoja de ruta del Hidrógeno trazada por el Ministerio de
Minas y Energía.