El rotundo triunfo de Elsa Noguera De la Espriella, en la gobernación del Atlántico, es tan representativo, desde el punto de vista de inclusión, que simboliza un gran avance social. Se trata de la primera mandataria departamental elegida y nada más y nada menos, que, con casi 690 mil votos, De forma que la ex Ministra y Alcaldesa llega legitimada de tal forma, al primer puesto departamental, que quedan regadas por el piso las conjeturas y presunciones acerca de que le tocaría hacer negociaciones y concesiones de poder, dada la coalición pluripartidista que le permitió se candidata y que significó para algunos, deponer aspiraciones y hacer desmontes. Recordemos que en eso momento, algunos interpretaron esa jugada de ajedrez político, como el costo de empezar a pactar preacuerdos nacionales con miras al futuro presidencial en el año 2022.
Si bien es cierto que Elsa, genera empatía y que, con espontaneidad y chispa, es digna representante de la mujer caribe, no por ello duda en aplicar férreas voluntad y autoridad, a la hora de tomar decisiones. La he visto sonreír y conciliar, pero también ajustar al quien se lo busca y regañar fuerte, al que le falla. Así que vamos a rodearla de buena energía para que tome sabias determinaciones y acierte al escoger el equipo con el que va a trabajar. Su recuperación se dio sin contratiempo alguno y antes de lo programado, lo que confirma que en ella priman: la actitud mental y proyección positiva.
Lo del Alcalde Electo, Jaime Pumarejo, es otra cosa totalmente diferente, aun cuando también se trata de un triunfo contundente, donde sino hubo debate o confrontación de ideas, no fue porque él no quisiera o evitara esa oportunidad de contrastar planteamientos. Lo que ocurrió fue -que como siempre- los alternativos, fueron muy inferiores a la oportunidad que tuvieron y como, es habitual, se reventaron entre ellos mismos; no se pusieron de acuerdo y salieron con los consabidos “pasteles de masa”: tres aspirantes que no pudieron consensuar para que fuera uno solo y que, para rematar, jamás se conectaron con la gente. Lo sé, porque fui puente tendido para un posible debate que tendría como escenario la Universidad Autónoma del Caribe, pero la belicosidad, agresiones e insultos agazapados, no dejaron cuajar ese espacio que toda democracia reclama. Entonces, conocedor de Barranquilla, su pasado, su presente y lo que debe ser su futuro, no solo en forma de prosa, sido con numeritos, Pumarejo, quien representa juventud y proyección internacional, no es que la tenga fácil y de chévere. Ciertamente, es el sucesor de ese fenómeno de aceptación ciudadana, que se llama Alex Char, pero enfrentará el reto fiscal, la inseguridad, la movilidad y la urgente necesidad de cultura ciudadana. Tiene a su favor, que Barranquilla confía en que continuará y no detendrá el crecimiento que inició, quien es planteado -en el porvenir- como candidato a llegar a la Casa de Nariño. Claroclarito, que como me
lo dijo el propio Alejandro Char, ahí, “caimaneando”, al pie del rio Magdalena: ¡Eso no depende de mí, sino de la gente!
Y a unos 45 días larguitos para que se inicien los nuevos mandatos, no hay que dejar de soslayo los roles de Asamblea y Concejo en el desempeño que logren los nuevos gobernantes. Ese apoyo es clave, y ambos van a tener que saber jugárselas con sus coadministradores, que también deben ser controles y veedores. Así mismo falta por ver, las relaciones con los parlamentarios -sobre todo en estos momentos de amagos de crisis institucionales- y cuando Barranquilla y el Atlántico, deben empoderarse como ejes de liderazgo regional, con visión metropolitana.
Pumarejo y Noguera, deberán seguir siendo, como hasta ahora, lideres confiables, resultado de la eficacia en el ejercido del gobierno territorial. Seguramente en la etapa inicial y como ya lo hemos dicho, apostaran a secretarios que ya dieron resultados y por ello, les criticaran: supuesto amiguismo; rotaciones o trueques desde Alcaldía a Gobernación y viceversa; las altas cuotas de género y habrá voces que hasta rechazaran la hegemonía, tal como ocurrió en la campaña. No se trata de pretender que tengan coros de áulicos y coreografías de apoyo incondicional, porque el disenso es sano; como también enriquecen los procesos, la aparición de nuevos protagonistas. Pero es pretencioso, creer que van a gobernar con los malquerientes, los que no se la sudaron en campaña, unos inexpertos. Iluso pensar también que, con esos guarismos logrados, se van a dejar imponer hojas de vida.
Seguramente tras los fuertes movimientos políticos de las elecciones de octubre, que significan las derrotas inesperadas en los municipios del cercano entorno, aparecerán nuevas jefaturas y figuras de poder. Es por eso que formulo interrogantes sobre los papeles que puedan tener: el otrora glorioso Partido Liberal, pero que tiene personales valorados y reconocidos, como José Antonio Segebre; el popular, concejal, Óscar David Galán y el experimentado, Pedro Lemus; la credencial de Nicolás Petro en la Asamblea y la de Antonio Bohórquez en el Concejo. Me gustaría conocer que les depara el destino a jóvenes y prometedoras figuras, a quienes no se les puede considerar que están vencidos, como es el caso de: Alfredo Varela, Rodney Castro y Alfonso De la Cruz. ¿Se lucirá el Centro Democrático, debutando en las dos corporaciones? Esa es otra expectativa que ronda y cuya responsabilidad recae sobre el Senador, Carlos Meisel.
Sin que poder resolver todavía esas inquietudes expuestas antes, la verdad es que tanto Pumarejo como Elsa, tienen la enorme responsabilidad de conducir la democracia en estos territorios valiosos e influyentes, como son Barranquilla y el Atlántico. Pero, ante todo, tendrán que cumplirnos sus promesas básicas: ¡Jaime deberá demostrar que Barranquilla es imparable y Noguera, que, con ella, viene lo bueno!